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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Flor de Loto 1


Recordaba, mientras conducía su flamante BMW por un entramado de sinuosas curvas, donde un predregoso barranco se precipitaba hacía uno de los lados, lo bien que había pasado estos últimos días con Germán. Tenía que reconocer que, además de ser escandalosamente guapo, era un tipo de la más divertido.
Graciela no se metía en el saco de esas mujeres, superficiales en su mayoría, que solo se fijan en la cáscara de los hombres. No. Graciela también sabía apreciar la calidad humana de con quien salía, y podía asegurar que aquello a Germán no le faltaba en absoluto.
Suspiró entrecortadamente y se sorprendió así misma cuando, a través del retrovisor interior, se vio reflejada con aquella sonrisa de adolescente enamorada.
—Que tonta soy —se dijo así misma en voz alta, con aquella voz dulce y melosa que tanto gustaba a Germán.
Germán, Germán, Germán.
Sí. Esta vez sí, pensó. Esta vez podía asegurar a ciencia cierta que esta vez sí estaba enamorada del hombre adecuado.
Rematadamente enamorada.
Aceleró y el coche rugió con más fuerza en la última rampa del imponente puerto de montaña.


2 comentarios:

  1. No solo Germán reflexiona sobre sus sentimientos, Graciela también lo hace y se da cuenta que esta enamorada...// buen texto!

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  2. La protagonista rebosa amor. Está enamorada de Germán. ¿Qué ocurrirá entre los dos?

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